UN VICIO PARA PSICOANALISTAS
Por: Adam Chicles

Muchos se pasaron del Alplax al Ribotril, y esto por una sencilla razón: el Alprazolam parece generar mayor dependencia psicobiológica que el Clonazepan. Hace unos días un visitador médico me hablaba sobre el desmedido nivel de dependencia que experimentan los sujetos grajeadotes de comprimidos del tipo Trapax, pero que no parecía suceder lo mismo con los tomadores de Clonazepan, aunque también es probable que sientan dependencia en alguna medida.

A los psicoanalistas, como a los adictos, les pasa algo similar, pero con el dinero.

Cuando un psicoanalista depende económicamente del dinero aportado por sus pacientes dicen que se nota, sólo hay que prestarles un poco de atención, y la razón es quizás el contacto y manipulación manual permanente que los psicoanalistas mantienen con los billetes.

Para el que no conoce de estas cuestiones, le contamos que los psicoanalistas, en casi todos los casos, cobran ellos mismos las consultas que reciben cuando finalizan. Al incorporarse del diván o sillón, el paciente es impelido, cada vez, a extraer la billetera y depositar en las manos de su analista un “valor” previamente estipulado. Si calculamos a un promedio 4 pacientes diarios de lunes a viernes, estamos hablando de 20 contactos semanales, esto en los casos menos severos.

Volviendo al tema del Alplax, supongamos que un sujeto lo consume de un modo intravenoso, pero no sólo eso, supongamos que no sabe que lo consume, digamos que se lo inyectan sin que se de cuenta; así, es harto probable que su nivel de dependencia resulte bastante menor que si es él mismo el que elige consumirlo, tocar la pastillita, abrir la boca, introducirla, tragarla, sintiéndose inseguro o enfermo cuando no las lleva en el pastillero.

A diferencia de los asalariados, los psicoanalistas tocan el dinero todo el tiempo, todos los días, secuencialmente, y al igual que la droga, cada vez necesitan más cantidades en menor tiempo, por eso los pacientes asisten progresivamente a sesiones cada vez más cortas, más frecuentes y más caras… No me digan que no les pasó porque no les creo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy un lector poco objetivo de estos dimes y diretes del psicoanálisis, droga, dinero, enfermedad... pues a mi consultorio concurren pacientes que dicen que soy su analista.
Acuerdo con que los psicoanlanistas tiene una dificultad con el dinero, pero tambien considero que los analistas que no necesitan vivir de los honorarios que sus pacientes abonan, se pierden una buena parte del intercambio ANALISTA....dinero...PACIENTE.
Me suenan a analistas esquivos.
Considero al psicoanalisis como una herramiento, y por ella hay que intercambiar algo, el 90 % de las veces con que se intercambien dinero alcanza, otras veces el dinero aun con la capacidad de adjetivacion que presenta NO ALCANZA y se necesitan otros intercambios mas.
No busco defender al psicoanalisis, cada quien elige la forma de subsistencia, cada uno estafa o miente al otro desde un lugar diferente. Algunos venden productos, otros dicen dar clases, otros se atreven mas aun a CURAR, hay quienes construyen casas, y otros que por tan solo compartir su auto que se llama taxi te cobra altos numeros. Se ha terminado o la era del intercambio de haceres por haceres mismos, calculo que el dinero se invento justo para ello. Para intercambiar, problematizar, maltratar, robar, esconder, mentir, falsificar, y multiples cuestiones que cada uno podra agregar. El psicoanalisis lo incorpora como un elemento mas en la constitucion subjetiva... interpela, lo habilita, lo recibe el analista y lo gasta... lo lleva a otro analista, lo esconde, le da mobilidad... circulacion y ya no como analista... sino como sujeto atravesado por esta cuestion. Sujeto que no se resiste ni le interesa la caridad. Pues a mi humilde entender la caridad es ilusion, una mentira de los millonarios mercenarios que limpian su conciencia. No se sabe de que... pues el dinero no es sucio... el dinero es tocado por todos... y entonces pregunto por que no deberia ser tocado por un analista??? El psicoanalsis no es una mision de caridad... es una construccion humana, como tantas otras, que en la medida que se someta a las nimiedades del mundo, a las vanalidades, podra seguir una linea de creacion permanente... como tantas otras herramientas que se pulen al paso del tiempo... al inteligente paso del tiempo. El psicoanalisis no es prestigioso ni lo pretende, error quien busca un analista por ello, o error del analista que se considera asi... es simple, tan simple que se puede leer y practicar... y nadie morira en ese intento.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE..... YO.!

Anónimo dijo...

ojo eh!! no se trata de un elogio de estar en el margen, pues el margen se hace centro y el centro margen. No sé puede estar afuera, en todo caso, como bien pareces decirlo, hay distintas formas de estar adentro. El texto en realidad no le quita el hábito al monje, quiero decir, aunque a la mona la vistas de seda, mona queda. Aclaro más, no se discuten las intenciones, vivimos en un mundo de intenciones, que no son otra cosa que sentidos pre-concientes, aunque quizás cierto inconciente también tenga su sentido, aún más humano que el diariero. Las intenciones existen, las diferencias por supuesto, pero también las adicciones, lo que jode finalmente no es lo inevitable, lo que jode es la pose.

Adam Chicles

Anónimo dijo...

Me parece un lícito intercambio, si no fuera por dinero, no me imagino otra razón por la cual alquien querría escuchar a otros el horror de sus vidas. Más allá del deseo de analista...si no es por dinero, se trata de otra cosa (goce) que muy poco tiene que ver con el análisis.

Anónimo dijo...

Me parece un lícito intercambio, si no fuera por dinero, no me imagino otra razón por la cual alquien querría escuchar a otros el horror de sus vidas. Más allá del deseo de analista...si no es por dinero, se trata de otra cosa (goce) que muy poco tiene que ver con el análisis.

Anónimo dijo...

Eso, eso... goce por el dinero...
Martín

Anónimo dijo...

No creo que sea criticable que un psicoanalista cobre por su trabajo. Lo criticable, tal vez, o lo llamativo, o lo para sospechar, es que no se puede vender lo que no se puede ofrecer. El precio puede esconderse muy bien detrás de la apología del valor, o de las equivalencias. Se cobra además por producir efectos de conocimiento, esto en la transmisión, efectos de conocimiento y efectos de garantías, las Escuelas conocen muy bien su negocio, eso tampoco es criticable, como dice alguien más arriba, es la pose, la jactancia, el cinismo. Dicho sea de paso, creo que el texto habla de otra cosa, si mal no le caché, supone que el contacto permanente con el billete corrompe como la droga, como si se asalariado expusiera menos a la presión del cobro, creo que ese planteo en forma de humorada da a pensar, el humor tiene un costadito hijueputa, le lo dice pero no te hagas cargo, porque es un chiste, como en los celulares: te quiero garchar... jajaja (el jaja diluye la verdad, pero la deja bien paradita, como a la chota.

Nacho

Anónimo dijo...

El consumo nos pone del lado de la necesidad, del goce, de lo que "necesito", en esa especie de ronda interminable de la pulsión, sin mediadores con el objeto de goce.

El dinero favorece el consumo. Si el primero que definió el síntoma no fue Freud sino Marx cuando habló del fetichismo de la mercancía, es el análisis en el que pone en presencia la estructura del síntoma y la relación de éste con el dinero.

Entonces. Cómo puede desatar el nudo la mano que está atada (pues cierta relación con el dinero ata al analista). En este sentido: el el análisis una práctica imposible? El dinero debe jugarse para que algo se juegue, pero el juego mismo nos deja atrapados. Si no hay dinero no hay juego, si no hay juego no hay análisis... paradoja, miérda!!! y sus equivalentes